Creo que me repito esa frase mil novecientas veces al día. Es como una especie de descarga eléctrica para que deje de pensar cosas estúpidas... Y aunque hoy no es una de las mejores noches de mi vida, y aunque mi motivación y mi inspiración estén por los suelos gracias al mal cuerpo que me deja este maldito resfriado, he sacado la fuerza suficiente para volver aquí y deciros que pienso escribir como antes, aunque más a diario, porque me he dado cuenta de que es de las pocas cosas que me llenan en la vida. Voy a luchar por lo que quiero. Y en este momento lo que quiero es quitarme mil pesos de encima desahogándome por un blog que quizá ni leerán, pero a mí me hace sentir bien. Voy a engancharme a la escritura como si se me fuera la vida en ello. Voy a explotarme si hace falta, pero prometo expresar mis ideas con claridad.
Mi consejo de hoy es que sean creativos, para todas las cosas de la vida.
martes, 6 de noviembre de 2012
lunes, 29 de octubre de 2012
todas las desgracias
que había aguantado a lo largo de su vida.
Pero, sin embargo,
seguía saliendo cada noche enfrentándose a la luna,
y seguía echándole cara al sol por la mañana.
Reflejaba todas las cicatrices
que le habían causado los hombres,
pero a ella ya no le importaba.
Seguía fumando,
y bebiendo,
y conociendo a más hombres
que no servían para nada.
Y era tanto el daño causado a esas alturas
que un simple rasguño más solo le causaba un poco de placer."
lunes, 8 de octubre de 2012
A flor de piel.
¿Sabes? Hoy es uno de esos días en los que ni la azotea, ni la noche, ni las estrellas me consuelan. Es raro. Estoy aquí, estancada, sentada en "nuestro rincón", donde solíamos jugarnos la vida y me pregunto si tú, al menos una vez al mes, piensas en mí. Y recuerdo... Y no paro de recordar. Ni tampoco de sonreír. Y justo en el momento que pienso en tu boca, caigo en la cuenta de que hace un año, justo un año, estabas aquí. Bromeando mis bromas. Riendo mis risas. Enamorándome como solías hacer. Hace un año ya que nuestra vida dio un vuelco. Yo ya había querido a otros muchos, pero nada podía compararse a lo que me hacías sentir. Esa forma de querer, tan posesiva y a la vez encantadora. Me tuviste engañada durante mucho tiempo. Demasiado. Y no quise darme cuenta de que estaba viviendo una gran mentira. Quizá la mayor y peor de mi vida. Y no entiendo como pude estar con semejante ser miserable. Pero ¿sabes? No te guardo ningún rencor, en serio. Al fin y al cabo la escoria abunda y solo hay que saber manejarla, sobrellevarla. Y en días como hoy me pregunto como estás e indago en el maldito kaos de mi cabeza para saber qué es lo que busco, o qué necesito. Y no encuentro nada.Solo palabras que pasan por mi mente como diapositivas. E intento enlazarlas. Juntarlas para que me den una señal. Me encuentro perdida en un mundo lleno de desconocidos que no (me) sirven para nada. No se de donde vengo, no se donde iré, pero no importa. Solo quiero explicarte que no fuiste la historia de mi vida. Quizá sí una etapa. Otra más. Una época de avances y retrocesos, de experiencias caóticas y sentimientos a flor de piel. Mi vida jamás se resumirá en un amor de siete meses. Jamás giraré en torno a un amor. Aunque no niego que a veces me autoengaño pensando que no habrá nadie mejor que tú, pero tengo la esperanza de que sí la habrá y entonces ahí nos daremos cuenta de que no estábamos hechos el uno para el otro. Pero se que no llegara hoy, ni mañana, ni dentro de tres meses. Se que es algo que llegará con los años. Y no me torturaré por ello... Prefiero sentirme solitaria a tener que estar aguantando otro amor traicionero. No te necesito a ti, ni a ellos, ni a nadie. Me siento lo suficientemente fuerte como para seguir adelante sola, aún soy una niña y no lo tiraré por la borda...
...Escribo para desahogarme... No para hacerte sentir...
...Escribo para desahogarme... No para hacerte sentir...
martes, 2 de octubre de 2012
Siempre la misma historia:
Cortar, deprimirme, alcoholizarme, conocer un tío tras otro,
y tirármelo para olvidar al "verdadero amor de mi vida".
Después, al cabo de unos meses de vacío total,
volver a buscar el verdadero amor,
buscar desesperadamente por todas partes,
y al cabo de dos años de soledad,
conocer un nuevo amor y jurar que será el definitivo
hasta que también vuelva a perderlo....
"El amor concede el poder de que los demás puedan destruirte"
Cortar, deprimirme, alcoholizarme, conocer un tío tras otro,
y tirármelo para olvidar al "verdadero amor de mi vida".
Después, al cabo de unos meses de vacío total,
volver a buscar el verdadero amor,
buscar desesperadamente por todas partes,
y al cabo de dos años de soledad,
conocer un nuevo amor y jurar que será el definitivo
hasta que también vuelva a perderlo....
"El amor concede el poder de que los demás puedan destruirte"
jueves, 13 de septiembre de 2012
Déjame pensarte a escondidas y mirarte de reojo cuando pasas a 5cm de mí. Déjame acariciarte desde lejos y notar desde aquí que se te ha puesto la piel de gallina con solo pensarme. Déjame reírme mientras me haces el amor cuando me dices "¿no te morías de ganas de hacerlo?". Déjame escribirte un mensaje a media noche para decirte que echo de menos tus palabras. Déjame acompañarte en tus cien noches de soledad. Déjame alegrarte tus amaneceres llevándote el desayuno a la cama y agradeciéndote que estés aquí conmigo. Déjame regalarte a oscuras tus mejores días. Déjame quedarme tus miradas y arreglarte tus dolores, y secar tus lágrimas con solo abrazarte. Déjame estar aquí contigo, porque pese a todo, soy tu amiga.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Bye summer.
Echando un vistazo atrás a estos últimos tres meses caigo en la cuenta de que quizá no he hecho tantas cosas como me propuse, pero no me arrepiento de nada de lo que sí he hecho. Mi vida en general ha dado un vuelco. Ya no quedan cicatrices del pasado. Ya no hay lágrimas ni malos tragos. No queda nada. Solo las ganas y la inocencia de una niña que solo es capaz de sonreír sin parar.
..."Al fin y al cabo la vida sólo es una mierda si piensas que lo es. Sonríe y la vida te sonreirá."
..."Al fin y al cabo la vida sólo es una mierda si piensas que lo es. Sonríe y la vida te sonreirá."
jueves, 28 de junio de 2012
Quizá fue el frío lo que nos unía, lo que nos hacía seguir. Porque a día de hoy pienso que 'esto' no fue nada. Costumbre. Ganas de amar, tal vez; pero no amor en sí. Me alegro de que lo hicieras. Me alegro de que te marcharas y me chocaras con la realidad tan podrida que te rodea.


Y a la mierda, ¿sabes? A la mierda con tus besos. A la mierda con tus abrazos que me ataban como soga. A la mierda con tus palabras. A la mierda con 'nuestro' viaje a Bcn, con tus cartas. A la mierda con el XIII. A la mierda todo lo que tenga que ver contigo y con tu puta sonrisa. Pero, ¿sabes qué? Prometo que esta vez no seré yo quien te recuerde.
viernes, 22 de junio de 2012
Voy quemando los recuerdos.
Se acabó. Desde hoy prometo no mirar más hacia atrás y centrarme en seguir hacia delante, porque... Porque es eso lo único que me va a hacer sentir realmente bien.
domingo, 10 de junio de 2012
Me vuelvo antisocial a ratos.
No seguiré el rebaño por más que me lo pidáis. No seré esclava de esta sociedad materialista e ignorante. Ignorante porque vosotros mismos preferís evadiros de todo (sea la forma que sea) antes que sacar fuerza y levantar cabeza. Una sociedad donde la envidia y la avaricia os maneja. (Jamás me incluiré en ese saco). Una sociedad donde, los propios humanos, intentan hundir a un 'colega' cuando algo le sale a la perfección porque se lo ha currado. Y todo por vuestra frustración, porque sabéis de sobra que jamás lo conseguiríais por vosotros mismos, porque eso supone un mínimo esfuerzo, y ahora es más fácil tirar la toalla antes de cogerla. Pues ala, a joder todo y a todos. Una sociedad donde la mayoría son unos miserables, que su felicidad se basa en eso, en apuñalar a los demás. Estáis atados con camisa de fuerza a la ley del 'quién manda más' y lo peor, es que no sabéis cómo libraros de ella. Me dáis asco.
domingo, 27 de mayo de 2012
Reconóceme el morbo de la duda. el compás de la cuenta atrás de la mirada que rehuyes. Reconóceme el miedo. Reconóceme que mientes muy mal. De una puta vez. Yo ya me he enamorado de otros, de tantos. Pero dime por qué sigo intentando que tus palabras valgan más que otros besos. Lo bueno de todo esto, es que ya no me duele septiembre, ni el maldito trece que nos unía. No quema. Solo pasa y pasa sin que tú estés en él como por arte de magia. Me da igual que no lo entiendas. Yo te fumo para olvidar. Ponme más excusas fáciles, creo que son más de miles y todo por no saber decir la verdad. Que ni tú ni yo, ni mucho menos tú, ni tampoco yo somos capaces de comprendernos más allá del tacto. Que ni como yo quisiera ni como a ti te gustaría, sabes quererme. Ni siquiera apreciarme, que es mucho más sencillo que todo este juego de 'te quiero, pero lejos de mí'. Y lo siento, no estoy dispuesta a seguir aguantándo(te) más. Ya me he perdido buscándome en tus falsas palabras durante demasiado tiempo. Hazte un favor, no prometas que me olvidarás si luego pasas la vida hablando sobre lo cruel que fui. No prometas que no volverás a llamarme si luego te encuentro en cada esquina buscando mi boca. Que me canso, y te agoto de tanto giro y vuelta de tuerca.
No niego que me sigue(s) doliendo.
Mezclo personalidades, momentos, tiempos. Sin poder distinguir lo que fue y dejó de ser, de lo que nunca será. Tengo la admirable capacidad de borrar lo malo y recordar los momentos gratos. Así, aún después de escribir atrocidades acerca de él, puedo llamarlo por teléfono y hablar como si nada. Sí, es lamentable. Por eso me costó tanto despegarme de él, por eso escribo: No quiero olvidar. Quizás hasta tenga memoria selectiva: archivo solamente los documentos, pensamientos, fotografías, escritos que me hagan recordar los buenos tiempos. Mi imaginación siempre fue más fuerte que mi racionalidad cuando se trata del amor o lo que esto sea. Así, puedo pelearme con él sin que se entere o amarlo cuando en realidad tendría que repudiarlo, (como es el caso). No sería raro tampoco pelear con él y no recordar por qué. Ya dije: no puedo acordarme de las cosas malas, esas razones se disuelven en mi cabeza, no las encuentro, se arrinconan empolvadas en algún lugar de mi cerebro y solo sobresalen los buenos. Será esa la causa por la cual no he llegado a odiarle por todo el daño que ha hecho.
Erotomanía: la sufro. Soy consciente de ello. Y solo así puedo entender que quizá no es tan importante, no es tan trágico o que tal cuestión no merece mi muerte. Solo cuando me veo desde afuera y en general cuando logro un desdoblamiento. Ya es demasiado tarde para tomar decisiones. Con seguridad ya las tomé. El mundo se deshace por una llamada que no llegó jamás. ¿Error mío por empezar de nuevo? Ni lo sé, ni quiero saberlo a estas alturas...
domingo, 6 de mayo de 2012
Si de algo me he dado cuenta en este mes y poco, es que tengo demasiadas cosas en mi vida. Aunque quizás me faltan muchas otras cosas; o quizás solo una y la más importante de todas. O tal vez no me falte de nada. Sinceramente, no lo sé. Pero no me siento 'llena'. No del todo.
Busco esa escusa que me haga reinventarme cada día y despertarme con esas ganas de sonreír por todo y a todos. Ese motivo para decirle a los demás que se vayan a la mierda, que no los necesito en mi vida. Esa (in)dependencia absoluta... Esa escusa que me haga gritar 'estoy bien' y lo seguiré estando. Ese algo... Ese algo que aún no sé muy bien qué es, pero lo necesito.
Quizá me esté volviendo loca, (más aún). Y me importe tan poco lo que pase ahí fuera que solo pienso en lo que necesito en este preciso momento. Quizá... He vuelto a ser lo que era, esa chica loca, indecisa, impredecible que todos odiaban pero que echaban de menos.
Quizá me esté volviendo loca, (más aún). Y me importe tan poco lo que pase ahí fuera que solo pienso en lo que necesito en este preciso momento. Quizá... He vuelto a ser lo que era, esa chica loca, indecisa, impredecible que todos odiaban pero que echaban de menos.
martes, 24 de abril de 2012
Retumbando en mi cabeza en pleno siglo XXI.
Ya no importa que se enamoren locamente y me dejen a favor de una más normalita. Yo tampoco sería capaz de soportarme, si es lo que quieres saber. Y sí, me importa una mierda lo que ellos hagan. La mayoría no saben una mierda sobre las heridas, ni sabes acabar de lamer con el suficiente tacto como para que ésta cicatrice definitivamente. Porque debería importarme. Y sí, claro que he amado más de 365 días, y no me he podido quitar a alguien de la cabeza, ni he podido comer, ni dormir, y me he drogado y salido a la calle para sentirme menos inútil. Yo a eso le llamo sentir, sentir el límite de cada exceso.
Y no odio a los hombres, tampoco a las mujeres. Simplemente pertenezco a un colectivo que dicta de la única diferencia que tiene esta maldita sociedad entre los géneros: Nosotras putas y ellos unos cabronazos. Como si hubiese que asumirlo sin levantar cabeza, sin replicar. No me da la gana asumir que si me acuesto con un tío que me ha devuelto la sonrisa en un concierto tenga que ser una zorra, y tampoco me da la gana asumir que si el novio de mi mejor amiga la ha dejado porque es una histérica que lleva meses sin entonar un 'te quiero', a favor de otra que deje de pensar en sí misma y sepa amar a los demás, sea un cabronazo. No me da la gana asumir ciertas cosas solo porque la muchedumbre esté acostumbrada a eso. No soy de amigos de toda la vida, ni de echar de menos mi país, ni mi casa, ni una maldita bandera. Me da igual que no lo entiendan. No necesito nadie que me diga lo guapa que estoy cuando llevo tres días sin dormir, ni necesito cenas carísimas, ni anillos, ni ningún tipo de regalo. Me aterran ese tipo de rutinas. Adoro la fugacidad del momento en que un desconocido te viola hasta el alma, porque es en ese justo instante en el que cobra sentido su nombre, cuando te llena también por dentro, de frases, de sonrisas, de miradas, de vida. Y si tengo que volver a caer cien veces más porque me agobio tanto que necesito huir, o si alguno de ellos tiene que salir corriendo porque le aterran mis versos, lo haré; caeré, y lloraré, y me enfadaré. Pero siempre volveré arriba. A reinventarme para poder volver a empezar, engañándome o no, a excitarme con todas las pequeñas cosas que hacen que la vida cobre sentido.
Y no odio a los hombres, tampoco a las mujeres. Simplemente pertenezco a un colectivo que dicta de la única diferencia que tiene esta maldita sociedad entre los géneros: Nosotras putas y ellos unos cabronazos. Como si hubiese que asumirlo sin levantar cabeza, sin replicar. No me da la gana asumir que si me acuesto con un tío que me ha devuelto la sonrisa en un concierto tenga que ser una zorra, y tampoco me da la gana asumir que si el novio de mi mejor amiga la ha dejado porque es una histérica que lleva meses sin entonar un 'te quiero', a favor de otra que deje de pensar en sí misma y sepa amar a los demás, sea un cabronazo. No me da la gana asumir ciertas cosas solo porque la muchedumbre esté acostumbrada a eso. No soy de amigos de toda la vida, ni de echar de menos mi país, ni mi casa, ni una maldita bandera. Me da igual que no lo entiendan. No necesito nadie que me diga lo guapa que estoy cuando llevo tres días sin dormir, ni necesito cenas carísimas, ni anillos, ni ningún tipo de regalo. Me aterran ese tipo de rutinas. Adoro la fugacidad del momento en que un desconocido te viola hasta el alma, porque es en ese justo instante en el que cobra sentido su nombre, cuando te llena también por dentro, de frases, de sonrisas, de miradas, de vida. Y si tengo que volver a caer cien veces más porque me agobio tanto que necesito huir, o si alguno de ellos tiene que salir corriendo porque le aterran mis versos, lo haré; caeré, y lloraré, y me enfadaré. Pero siempre volveré arriba. A reinventarme para poder volver a empezar, engañándome o no, a excitarme con todas las pequeñas cosas que hacen que la vida cobre sentido.
martes, 3 de abril de 2012
Good night, moon.


El amor se halla en esas pocas líneas. El amor tal y como lo querría ella y ya no tiene. O quizá no ha tenido nunca. Porque el amor no es, ni puede ser simple afecto. No se trata de costumbre o amabilidad. El amor es el corazón que late a dos mil por hora, la luz que surge de noche en pleno atardecer, las ganas de despertarse por la mañana para solo mirarle a los ojos. El amor, esa palabra "distante" que no quiero oír ni al lejos y que me hace comprender que es hora de cambiar.
Él. Recuerdo momentos pasados en su compañía, las cosas que nos decíamos, todo. Pero no sabíamos hablar. No estábamos hechos el uno para el otro. Y hay recuerdos que carecen de sentido compartir, ni siquiera con un amigo. Aunque hagan daño. Aunque resulten dolorosos. Podría decirse que, en el amor, el dolor es proporcional a la belleza de la historia que has vivido.
Hace tiempo que dejó de haber alegría. No había estremecimiento. No había nada. Silencio. Miedo. Oscuridad. Y me echaba a llorar con rabia. Lloraba porque no sentía lo que me gustaría sentir. Era mucho el daño causado a esas alturas. Y lloraba porque a veces no tienes culpa, y no quisiera hacer daño a nadie, pero me sentía desagradecida en cierta parte. Preguntas, demasiadas preguntas para ocultar la única verdad que ya conoce. Pero otra cosa es admitirla. Admitirla significa doblar en la próxima esquina y coger otro camino. Cosa que ella no quería... Y luego se busca. Se mira en el espejo. Pero no se encuentra. Es otra. Y piensa en ese final que le falta y que siempre le ha faltado. Ese final que ha buscado como una respuesta que no tenía valor ni para plantearse si quiera a sí misma. Ese final a lo mejor ha llegado. Los días pasan lentos, uno tras otro, sin que sean diferentes. Esos días extraños que uno no recuerda ni la fecha. Cuando por un instante te das cuenta de que no estás viviendo. Muchísimo peor. Estás sobreviviendo. Pero ya es demasiado tarde, o eso crees...
Tengo la impresión de que mi vida resulta incierta, con el riesgo, la certeza casi, de que todo se muera. Y sin embargo, en este momento soy feliz. Después de todo lo que me gusta es hablar de cosas inútiles, idiota pero livianas, hermosas, que carecen de final, que no sirven para nada, que no tienen que significar algo por fuerza, pero que hacen que me de cuenta de que valgo más de lo que muchos pensaban de mí. Y sí, debo darle las gracias. Las gracias porque ahora sé quien soy, y no hay nada que me pare.
sábado, 3 de marzo de 2012
But if hate is the new love, I give up.
miércoles, 15 de febrero de 2012
En cuanto a mí, sigo echando de menos. Echo de menos los momentos en los que solo importaban las colegas y fumarse un par de canutos... La que no tenía problemas de ningún tipo, y si los tenía, tampoco les echaba cuenta. Echo de menos esos tiempos en los que nos considerábamos una 'familia' y nos teníamos una a otra para apoyarnos. Cuando todas las risas entre nosotras tenían un verdadero motivo...
Que pese a todo, íbais a estar conmigo.
martes, 7 de febrero de 2012
Mientras queden motivos, sobran las ganas.
viernes, 3 de febrero de 2012
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