domingo, 27 de mayo de 2012

Reconóceme el morbo de la duda. el compás de la cuenta atrás de la mirada que rehuyes. Reconóceme el miedo. Reconóceme que mientes muy mal. De una puta vez. Yo ya me he enamorado de otros, de tantos. Pero dime por qué sigo intentando que tus palabras valgan más que otros besos. Lo bueno de todo esto, es que ya no me duele septiembre, ni el maldito trece que nos unía. No quema. Solo pasa y pasa sin que tú estés en él como por arte de magia. Me da igual que no lo entiendas. Yo te fumo para olvidar. Ponme más excusas fáciles, creo que son más de miles y todo por no saber decir la verdad. Que ni tú ni yo, ni mucho menos tú, ni tampoco yo somos capaces de comprendernos más allá del tacto. Que ni como yo quisiera ni como a ti te gustaría, sabes quererme. Ni siquiera apreciarme, que es mucho más sencillo que todo este juego de 'te quiero, pero lejos de mí'. Y lo siento, no estoy dispuesta a seguir aguantándo(te) más. Ya me he perdido buscándome en tus falsas palabras durante demasiado tiempo. Hazte un favor, no prometas que me olvidarás si luego pasas la vida hablando sobre lo cruel que fui. No prometas que no volverás a llamarme si luego te encuentro en cada esquina buscando mi boca. Que me canso, y te agoto de tanto giro y vuelta de tuerca. 

No niego que me sigue(s) doliendo.

Mezclo personalidades, momentos, tiempos. Sin poder distinguir lo que fue y dejó de ser, de lo que nunca será. Tengo la admirable capacidad de borrar lo malo y recordar los momentos gratos. Así, aún después de escribir atrocidades acerca de él, puedo llamarlo por teléfono y hablar como si nada. Sí, es lamentable. Por eso me costó tanto despegarme de él, por eso escribo: No quiero olvidar. Quizás hasta tenga memoria selectiva: archivo solamente los documentos, pensamientos, fotografías, escritos que me hagan recordar los buenos tiempos. Mi imaginación siempre fue más fuerte que mi racionalidad cuando se trata del amor o lo que esto sea. Así, puedo pelearme con él sin que se entere o amarlo cuando en realidad tendría que repudiarlo, (como es el caso). No sería raro tampoco pelear con él y no recordar por qué. Ya dije: no puedo acordarme de las cosas malas, esas razones se disuelven en mi cabeza, no las encuentro, se arrinconan empolvadas en algún lugar de mi cerebro y solo sobresalen los buenos. Será esa la causa por la cual no he llegado a odiarle por todo el daño que ha hecho.
Erotomanía: la sufro. Soy consciente de ello. Y solo así puedo entender que quizá no es tan importante, no es tan trágico o que tal cuestión no merece mi muerte. Solo cuando me veo desde afuera y en general cuando logro un desdoblamiento. Ya es demasiado tarde para tomar decisiones. Con seguridad ya las tomé.   El mundo se deshace por una llamada que no llegó jamás. ¿Error mío por empezar de nuevo? Ni lo sé, ni quiero saberlo a estas alturas... 

domingo, 6 de mayo de 2012

Encuentros. Encuentros incómodos, casi diarios. Miradas que solo expresan odio, rencor hacia el otro, después de todo lo vivido. De todo lo amado. De todo lo soñado. Palabras que solo hacen daño... Sé que no es fácil, joder. Me fallaste, te fallé. Nos fallamos. Pero a pesar de todo sigo aquí.

No soy cruel, simplemente he aprendido a usar menos el corazón.


Si de algo me he dado cuenta en este mes y poco, es que tengo demasiadas cosas en mi vida. Aunque quizás me faltan muchas otras cosas; o quizás solo una y la más importante de todas. O tal vez no me falte de nada. Sinceramente, no lo sé. Pero no me siento 'llena'. No del todo.
Busco esa escusa que me haga reinventarme cada día y despertarme con esas ganas de sonreír por todo y a todos. Ese motivo para decirle a los demás que se vayan a la mierda, que no los necesito en mi vida. Esa (in)dependencia absoluta... Esa escusa que me haga gritar 'estoy bien' y lo seguiré estando. Ese algo... Ese algo que aún no sé muy bien qué es, pero lo necesito.
Quizá me esté volviendo loca, (más aún). Y me importe tan poco lo que pase ahí fuera que solo pienso en lo que necesito en este preciso momento. Quizá... He vuelto a ser lo que era, esa chica loca, indecisa, impredecible que todos odiaban pero que echaban de menos.